Cuando duermo la noche
me crece en los ojos así
como una luna soñadora
en una orilla transida de
pasos espumosos y huellas
secas verdosas ahí donde
me nacen las miradas
acuosas siempre y siempre
en el día en vigilia voy
a revisar esa orilla onírica
en un trazo distraído y
traída hoy hasta mí
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